Tomado de EL DEBER
Apuntes sobre la entrevista al narcotraficante Marset | El Deber
Gran revuelo provocó la mentada entrevista que una periodista uruguaya hizo a Sebastián Marset. Se esperaban grandes revelaciones y la sensación inicial es que el encuentro dejó sabor a poco. Mucho más es lo que dice el antes y el después del programa en que se divulgó este diálogo; los nervios, las explicaciones y justificaciones, así como la certeza de que aún queda mucha tarea por hacer y muchas explicaciones que dar.
En primer lugar, es insólito que un narcotraficante sea capaz de generar tanta expectativa y movimiento en el aparato gubernamental de Bolivia y Paraguay. El hombre apareció tranquilo ante las cámaras y no dudó en echar barro a autoridades de ambos países con acusaciones de corrupción, poniendo especial acento en el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, y afirmando que en este país hay más corrupción que en el guaraní.
El apronte empezó aún antes de la entrevista, cuando Del Castillo se apresuraba a decir que Marset carece de credibilidad. Después del diálogo televisado, ya fue la Policía la que salió a explicar lo que se hizo con el dinero y los bienes incautados al narcotraficante. El aderezo de todo esto es la falta de credibilidad de la Policía y de los organismos llamados a la lucha contra el narcotráfico. Lo que queda claro es que falta transparencia.
Por ejemplo, Sebastián Marset accedió a documentos de identidad bolivianos de manera irregular y, si bien hay cuatro funcionarios procesados, estos tienen medidas sustitutivas y no se sabe hasta que nivel jerárquico llega la corrupción en este caso; tampoco hay mucha certeza de que alguna vez se llegue a saber. En Uruguay, por menos, rodó la cabeza del canciller y de otros altos cargos. Hay un contraste que llama la atención.
Marset volvió a decir que lo ayudaron a huir. Es decir que recibió una alerta con el suficiente tiempo como para que haga valijas, saque a los hijos del colegio y escape antes de que la Policía llegue a su casa. ¿Quién dio el campanazo? ¿Cómo se permitió que, teniendo toda la información y el requerimiento de Paraguay, se dejó escapar al hombre más buscado de los últimos tiempos? Hasta el momento no se vieron grandes esfuerzos de la Policía o del Gobierno para aclarar esta situación y castigar a los responsables.
Sebastián Marset es un capo del narcotráfico internacional que ha movido cientos de millones de dólares en Bolivia y Paraguay. Utiliza el poder que tiene porque dice haber financiado campañas políticas y haber utilizado sus millones para corromper. Lo que Bolivia quiere es que la investigación sea transparente y que se castigue también a quienes incurrieron en corrupción, favorecidos por dinero ilícito.
El precio más alto que pagan quienes no dicen la verdad es que su palabra es cada vez menos creíble, lo que da ventajas al narcotraficante más buscado del momento. En tal sentido, en vez de autojustificaciones, lo que se espera del Gobierno nacional (léase ministro de Gobierno y Policía) es que hagan su trabajo como se debe, solo así pueden volver a ser confiables para el país: de lo contrario, la capacidad de gestión y la autoridad moral seguirán yendo en caída libre.
Tras la entrevista al capo de las drogas no se lograron nuevos datos que ayuden al esclarecimiento; en cambio, Marset consiguió su objetivo comunicacional con creces y casi sin despeinarse.
APLP