Tomado de Correo del Sur

Libertad de prensa bajo acoso del poder (correodelsur.com)

Agresiones físicas y verbales a periodistas; escupitajos a una reportera de televisión; asfixia económica; amenazas de procesos penales por casos administrativos y civiles; intentos de forzar a los comunicadores a revelar sus fuentes; presencia de guerreros digitales que desinforman y acosan a los periodistas independientes; falta de transparencia sobre la información pública. Y, como norma general, impunidad para quienes cometen estas acciones.

La libertad de prensa en el país está bajo presión. Los periodistas afrontan un entorno lleno de dificultades y desafíos. Pero aún contra todo lo que deben luchar, terminan haciendo su trabajo adecuadamente, con valentía y seriedad.

Un estudio de Unitas estableció que en 2022 hubo 253 vulneraciones a la libertad de prensa y de expresión, es decir más de dos cada tres días. Hace cinco años se producía una vulneración cada seis días. Hace dos décadas las vulneraciones eran inusuales. Yo participé en el directorio de la Asociación d Periodistas de La Paz para la gestión 1996-1998 y me acuerdo que en un año se emitieron dos comunicados de protesta por algún exceso cometido por las autoridades. Ahora, en solo siete meses que lleva mi actual gestión, se han emitido una treintena de denuncias y alertas.

Unitas, adecuadamente, liga las vulneraciones a la libertad de prensa con las violaciones a otras libertades: la cifra alcanza a 202 respecto al derecho a la protesta, 199 a la institucionalidad democrática y 59 al derecho a la defensa de derechos.

“La vulneración a estas categorías, con énfasis en el derecho a la protesta, se constituye en un indicador válido sobre el estado de situación de la democracia y la política boliviana. El intento de frenar las expresiones democráticas, en particular aquellas de carácter pacífico, impone restricciones al ejercicio de los derechos civiles y políticos de amplios sectores de la población que buscan expresar su disenso sobre determinadas políticas y decisiones”, menciona el reporte.

Esto se refleja en el trabajo de entidades internacionales. Bolivia se ubica en el puesto 126 entre 180 países que fueron sometidos a la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa correspondiente a 2022 y que realiza Reporteros Sin Fronteras. El país experimentó un retroceso con relación al 2021, cuando estuvo en el lugar 110 a escala global. De acuerdo con el informe, Bolivia también aparece entre los países con menos libertad de prensa en América Latina. Ocupa el lugar 17 entre las 23 naciones.

Desde el lado empresarial, la SIP coincide: esa entidad alertó el mes pasado sobre el momento de “elevada vulnerabilidad para las libertades de expresión y de prensa en Bolivia por iniciativas del partido gobernante” para, según la entidad, “controlar y limitar” las expresiones de la ciudadanía y los periodistas.

“Las libertades de expresión y de prensa en Bolivia atraviesan un momento de elevada vulnerabilidad debido a iniciativas del partido gobernante en el Congreso orientadas a controlar y limitar los mensajes de la ciudadanía y de periodistas”, dice el documento sobre Bolivia, incluido en el informe difundido en la reunión semestral de la SIP.

Por qué todo esto es importante

Generalmente se considera a la libertad de expresión como un derecho humano que asegura el cumplimiento de otros derechos fundamentales, como el de asociación, de seguridad física, de sufragio. El artículo 19 de la Declaración Universal de las NNUU señala: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

Es un derecho generalmente asociado a los medios de comunicación, pero ello es incompleto. La libertad de expresión es un derecho de todos los ciudadanos y ciudadanas. Pero ya en 1644, John Milton asoció la idea de “libre expresión” con “libertad de publicación”, es decir, de prensa, al demandar que se prohibieran los permisos previos de imprenta para que cualquiera pudiera publicar sus ideas.

El “hermano gemelo” de la libertad de expresión es, pues, la libertad de prensa. No tendría sentido que activistas, dirigentes políticos y sociales, periodistas, especialistas, autoridades, tengan libertad de expresarse pero no de difundir esas opiniones. En ese caso, el derecho a la libertad de expresión no tendría significado, sería un derecho trunco, inútil.

Y en la “difusión” masiva de esas opiniones es que ingresan en juego los medios de comunicación; como decimos, el concepto de “libertad de expresión”, por ello, involucra también al de “libertad de prensa”. La libertad de expresión (y de prensa) son aspectos claves del desarrollo individual y de los Estados. Otros derechos, como la libertad de asociación, la libertad de petición, la libertad de denunciar abusos, dependen de la libertad de expresión y de prensa.

Además, si este derecho está vigente, los ciudadanos y ciudadanas pueden obtener conocimientos diversos, complementarios o contradictorios sobre de su entorno. Esto les da herramientas para desarrollar sus vidas (de trabajo, educación de sus hijos, voto, etc., de mejor manera).

Calidad de la democracia

A nivel colectivo, la libertad de expresión se considera crucial para la presencia de un buen gobierno y la posibilidad de que la sociedad presione a éste para el establecimiento de políticas destinadas al desarrollo y al bien común :

-Permite denunciar excesos, abusos, violaciones a la ley, hechos de corrupción, facilitando la fiscalización de los distintos poderes públicos y privados.

-Coadyuva a que el Estado sea administrado por autoridades competentes. El debate libre entre distintas posiciones revela fortalezas y debilidades de quienes las defienden y eso le permite a los ciudadanos y ciudadanas tomar decisiones sobre quiénes están más capacitados para conducir una ciudad, una región, un país, una institución.

-Al viabilizar la crítica, la libertad de expresión permite a autoridades y tomadores de decisiones en general conocer las preocupaciones, demandas y críticas de la ciudadanía, para actuar en consecuencia.

-Promueve la implementación de otros derechos humanos. Ayuda a mejorar las políticas gubernamentales en todas las áreas. También facilita que periodistas y activistas señalen abusos de derechos humanos y persuadan al gobierno de tomar medidas al respecto.

-Evita la existencia de “una verdad única”, que permita la concentración de poder en una sola persona o grupo.

Otro flanco al que hay que atender es la constatación de que el acceso a la información pública en Bolivia es limitado, depende de arbitrarias decisiones de funcionarios públicos, es entregada especialmente a los medios cooptados y en muchas ocasiones es manipulada por las autoridades. Existe en Bolivia un Decreto Supremo de acceso a la información pública, que es escasamente utilizado por los periodistas y otros sectores de la sociedad debido a su falta de reglamentación y al desconocimiento sobre sus posibilidades.

Los bolivianos se dan cuenta del problema

Las presiones ejercidas por el poder contra los medios y los periodistas es claramente identificada por los ciudadanos. Una encuesta a nivel nacional de la empresa Diagnosis y difundida el 3 de mayo, Día Internacional de la Libertad de Prensa, reveló que el 73% de la población percibe que existen problemas en el desarrollo de la libertad de prensa: el 22% cree que existe “con limitaciones”, el 28% señala que existen “demasiados obstáculos para la libertad de prensa” y el 23%, directamente, señala que “no hay libertad de prensa”. La gente lo tiene claro.

Tal vez esa claridad de la sociedad boliviana respecto a este tema tiene que ver con que equipara este tema al de la democracia en general. Es que la democracia está asociado a varios temas, como el pluralismo político, la alternancia en el poder, la separación de poderes, la defensa del sufragio, el derecho a la libre asociación, la defensa de la dignidad humana y la capacidad de protestar.

Todos esos derechos, sin embargo, no pueden ser ejercidos sin libertad de expresión. La libertad de expresión (y la de prensa) permiten la existencia del pluralismo, facilitan la generación de líderes que aspiren a la alternancia en el poder, ayudan a denunciar la inexistencia de la separación de poderes, favorecen la defensa del voto, cuidan la capacidad de las personas de asociarse, influyen en la protección de la dignidad humana y contribuyen a que se garantice la capacidad de protestar. Por eso, larga vida al periodismo libre. [P]

  • Raúl Peñaranda U., Periodista y presidente de la Asociación de Periodistas de La Paz.

Libertad de expresión, motor de los derechos

Zulema Alanes Bravo, Presidenta de la Asociación Nacional de Periodismo de Bolivia

10.00 a.m, miércoles 3 de mayo de 2023. Dos policías, uno con el rostro cubierto, descienden de una vagoneta con vidrios polarizados, y abordan al periodista Marcelino Rodríguez de radio Omega, en el municipio de Yapacaní, con un mandamiento de la Fiscalía conminándolo a violar el secreto de fuente y revelar la identidad de quien le informó sobre los detalles de un atraco bajo sospecha de corrupción. En plena conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa.

Un hecho más que se suma a las estadísticas de vulneración de la libertad de prensa y que colocan a Bolivia entre los países con condiciones muy adversas para el ejercicio del periodismo.

En la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2023 de Reporteros Sin Fronteras (RSF) , que evalúa las condiciones en las que se ejerce el periodismo en 180 países, Bolivia se ubica en el puesto 117, forma parte del bloque de 42 países en “situación difícil” para la vigencia de la libertad de expresión y de prensa y está en la posición 130 en términos de falta de seguridad para las y los periodistas, y apunta a la Policía como la principal responsable.

Y según los registros del Observatorio de UNITAS, en lo va del año, se han cometido 26 vulneraciones a la libertad de expresión y 34 vulneraciones a la libertad de prensa en el país, marcando tendencias similares a las del 2022, que terminó con un total de 201 vulneraciones que incluyeron violencia física, amedrentamiento, estigmatización a periodistas, censura y limitación en el acceso a la información, asfixia económica, ataques a medios de comunicación, así como desinformación y violencia en línea a través de un ejército de “guerreros digitales”.

Ante este cuadro, la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia y las nueve asociaciones departamentales de periodistas del país, se han sumado al llamado del Dia Mundial de la Libertad de Prensa 2023 para “Dar forma a un futuro de derechos. La libertad de expresión, motor de todos los demás derechos humanos”, lo que significa poner en el centro la libertad de prensa, así como a los medios de comunicación independientes, pluralistas y diversos, como claves necesarias para el disfrute de todos los demás derechos humanos.

En una declaración pública, han dejado sentado que “la libertad de prensa es esencial para la lucha contra la corrupción, la promoción de los derechos de la mujer, de la niñez, de los indígenas; pero también es el motor de otras libertades y otros derechos como el derecho a la salud, a la educación, a los derechos ambientales, a un trabajo digno, etcétera”.

Asimismo, han reafirmado su compromiso por la defensa de la libertad de expresión y de prensa, “no sólo como un asunto que compete a las y los periodistas, sino como un derecho del conjunto de la ciudadanía para el pleno ejercicio de los demás derechos” y se han sumado “a las voces que a nivel mundial reclaman porque cuando se reprimen la libertad de expresión y la libertad de los medios de comunicación, todas las demás libertades corren peligro”. [P]

APLP