Tomado de Los Tiempos
Desde “fascista” hasta “sicaria”, son los insultos que utilizan los internautas para agredir a los periodistas a través de Twitter. El análisis de 16.079 tuits de 30 periodistas bolivianos y 69.396 comentarios como parte de una investigación de ChequeaBolivia evidencia que existió violencia digital hacia este sector durante los últimos conflictos políticos del país.
Al finalizar 2022 e iniciando 2023, en Bolivia sobrevinieron dos grandes conflictos políticos: la fecha del Censo de Población y Vivienda y la aprehensión del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho. Estos eventos ocasionaron el aumento de agresiones físicas a periodistas, pero dado que la información transita también por medios digitales, la violencia contra este sector también ha migrado al ecosistema digital.
La recolección de datos masivos de Twitter para esta investigación se realizó entre el primero de octubre de 2022 y el 31 de marzo de 2023. Uno de los hallazgos más importantes evidencia que la cantidad de tuits negativos contra los periodistas se incrementa de forma exponencial cuando hay crisis informativas vinculadas a episodios de conflictos políticos.
Las palabras “periodistas” y “prensa” a menudo se vinculan con términos como “fracasados”, “golpistas”, “vendidos”, “fascista” y hasta “sicaria” en los comentarios que realizan los usuarios a los tuits publicados por los periodistas.
Los periodistas afirman que los ataques a través de redes sociales se dan prácticamente a diario, pero la tensión sube cuando hay conflictos.
Para Inés Gonzales, directora de la Red Erbol, un medio de comunicación que fue víctima de hackeo recientemente, “es como habitual ver (que nos digan) medio de la derecha, medio golpista, opositor, neoliberal, mentirosos. Entonces, todo tipo de cosas en realidad son cotidianas. Así es que, si pueden tomarse eso como amenazas, sí, cotidianamente nos amenazan. Nos dicen ‘deberían cerrarlos’. (…) Esas cosas son cotidianas y son al por mayor”.
Abel Bellido, caricaturista de Página Siete, que cerró recientemente, denunciando asfixia económica, denuncia que las agresiones verbales son cotidianas. “En realidad, creo que no solamente me han atacado durante el censo, sino en realidad (…), todo el tiempo”, señala.
La investigación también evidencia que de las casi 70 mil respuestas a tuits de periodistas, el 55 por ciento fueron categorizadas como negativas. Los sentimientos positivos generalmente denotan apoyo y los negativos, denuncia. La “confianza” está en primer lugar como un sentimiento positivo, que muestra una virtud anhelada por la gran mayoría de los periodistas. Sin embargo, los sentimientos negativos como “miedo”, “tristeza”, “ira” y “asco” superan en presencia a la “confianza”.
Andrés Gómez, director del medio Rimay Pampa, considera que los usuarios siempre van a agradecer el periodismo apegado a la verdad: “Una de las cosas que no vas a controlar es la opinión de los otros, puedes intentar influir en la impresión que vas a causar como periodista, mientras tú digas la verdad y hagas noticias bien certificadas, obviamente que te lo agradecerá gran parte de la comunidad y valorará tu trabajo”.
Los periodistas entrevistados concuerdan que las redes sociales les han dado grandes oportunidades y posibilidades de hacer un periodismo más participativo, de acceder a más información y, principalmente, de hacer que la información que reportan llegue a una audiencia mucho más grande y de formas más creativas. Pero también denuncian que reciben ataques a diario y que todavía no tienen herramientas institucionales o personales para hacer frente a las agresiones que reciben.
Ser mujer y periodista
En el análisis de palabras que se usan tanto para los periodistas hombres y mujeres se evidenció que se utilizan términos totalmente diferentes. En el caso de las mujeres periodistas, se utilizan términos como “maridos”, “calladita”, “nena” o “zorra” cuando los usuarios interactúan con sus publicaciones.
Jimena Antelo, periodista de Santa Cruz, advierte que, al margen de que reciben todo tipo de insultos en las redes sociales, también son atacadas como mujeres.
APLP